sábado, 5 de junio de 2010

El paso del tiempo


Heme aqui otra vez, volcando mi alma sobre un teclado después de meses de sequía, y todo debido a que las musas me abandonaron durante todo este tiempo...

Y la causa de que vuelva no la tengo clara, simplemente mis dedos vuelan de nuevo sobre el teclado como los de un pianista sobre las teclas.

Decir que algo extraño siento dentro de mi, posiblemente debido a los acontecimientos que se me vienen encima, la agonia de saber que de nuevo todo pende de un hilo, para que luego sean otros los que se lucren con mi trabajo y mi esfuerzo.
¿De verdad vale la pena pasar por todo esto? Hay veces que me lo planteo, pasar media vida preparandote para algo, mientras te llenan la cabeza de pajaritos que trinan que con esfuerzo todo se consigue y cuando te quieres dar cuenta tu juventud ha volado y no estás haciendo aquello para lo que te has preparado.

Con esto no quiero bajarle la moral a nadie, simplemente muestro lo que es la realidad para la mayoria de la gente.

Pero bueno, no era de esto de lo que quería hablar.

Estoy algo extraño, hacía mucho tiempo que no me encontraba así, la incertidumbre me ataca por todas partes y no tengo fuerzas para combatir tantos frentes, soy como una Numancia asediada por las legiones romanas.

Se supone que la juventud debe tenerlo todo claro, mirar al frente y luchar por ello, ¿cómo luchar cuando aunque tengas las armas tu enemigo te supera en numero, y en calidad, y además es su territorio? Creí que nunca más tendría que empuñar escudo y espada, pero mis dedos han olvidado su fuerza, y solo una empuñadura se la recordará.

En fin, no hay retirada, no hay rendición, esa es la ley espartana.